El papel clave de las familias en la educación.

Las familias son una pieza importante en la comunidad educativa y para conseguir el éxito de los alumnos. Para que la participación de esta sea posible es necesario que realmente quieran intervenir en el proyecto educativo de forma involucrada e interesada; en las actividades, en las diferentes propuestas que puedan surgir...  Para que haya motivación y un buen funcionamiento las propuestas, que han de venir de todos participantes de la comunidad escolar, deben surgir de un interés común, de una necesidad real o de una actividad atractiva para todos.
Un elemento importante dentro de la motivación es que las familias sepan cómo y cuándo participarán. Para ello es necesario información, comunicación y formación.
Es decir, la participación responsable requiere estar formado e informado por lo que esto supone:
  • Tener estrecho contacto con las familias del alumnado.
  • Estar en común acuerdo con el equipo directivo del centro y los docentes.
  • Tener la posibilidad de plantear ideas y experiencias.
  • Crear espacios para intercambiar opiniones y conocimientos.
  • Buscar juntos soluciones y mejoras en la gestión del Centro.


Como maestro de apoyo debemos saber empatizar con las familias y establecer un vínculo con ellas. Es importante tener en cuenta que hoy en día, la mahoría de las relaciones que establecemos con las familias son muy patológicas. Son pocas las veces que llamamos a los familiares para dar buenas noticias, la mayoría de las ocasiones en las que nos ponemos en contacto con ellos se transmiten aspectos negativos como por ejemplo, se ha dejado la flauta, el estuche...

Hay que intentar crear un vínculo positivo y no patológico. Incrementar la comunicación positiva con la familia: ha hecho un buen examen, se ha portado muy bien en clase…. a través de llamadas, whatsapps, classdojo, gmail… Los profesores por tanto han de estar dispuestos a colaborar con las familias para que el concepto familia se establezca junto con la relación positiva que pueda tener con el centro educativo y viceversa.

También debemos reflexionar sobre el concepto de "familia". Hemos de suprimir dicho concepto relacionándolo con la imágen mental de un padre, una madre y dos hijos.Con el paso del tiempo, el concepto de familia ha ido variando y lo seguirá haciendo. Ahora una familia puede ser un centro de menores, un papá solo, una mamá sola, dos mamás, dos papás, unos abuelos...

















Es cierto que muchas familias son difíciles de llevar. En estos casos tenemos que evidenciar nuestro trabajo y acompañar al alumno en su proceso de aprendizaje. Cuando las familias se enfrentan con los maestros, no podemos enfrentarnos a ellos sino evidenciar nuestro trabajo. Hay ocasiones en que las situaciones son difíciles. debemos por tanto poner límites, y seguir con normas pero también debemos empatizar con los alumnos y sobretodo averiguar si este niño/a tiene un contexto adecuado o ambiente correcto en su casa.

Antes de ser estrictos debemos entender realmente la situación. No castigar como primera opción.
Muchas veces el problema principal recae en los propios maestros los cuales no tienen una formación adecuada.
Como maestros tenemos que dar la estructura para poder educar.

Para conseguir esta buena relación hay que tener las puertas del colegio siempre abiertas a las familias. Tiene que haber un diálogo bidireccional y permanente. El tutor tiene que ser paciente, que mire siempre hacia el bienestar futuro y por el bien de sus alumnos. Hay que recordar que los padres están igual de preocupados o más por el bienestar de sus hijos que los docentes, pero quizás no lo demuestran por falta de formación, ignorancia...

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Es fundamental tener siempre en cuenta que que el apoyo de la familia es esencial para el éxito de los alumnos.





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